En su infancia David Strorm vivía en el mundo de la imaginación, soñando con
brillantes objetos voladores y coches que avanzan sin caballos. Al crecer se
da cuenta de que goza de un poder excepcional: puede comunicarse mentalmente
con otros niños. Sin embargo, el mundo real es opuesto al de su fantasía.
Después de sufrir la devastación de una guerra nuclear, los seres humanos han
cambiado mucho. Los efectos de una mutación genética han provocado que la
sociedad imponga un código moral rígido y cruel. David habita en una comunidad
rural de fundamentalistas religiosos y genéticos en constante estado de alerta
contra aquello que presente alguna anormalidad: todo lo que se desvíe de la
estricta norma física de la creación de Dios tendrá que ser destruido. La
telepatía de David causa alarma en su estricta familia, pues más tarde su
hermana Petra comienza a mostrar signos de poderes aún superiores. Si David es
descubierto, él y su hermana se verán condenados al exilio, a los Bordes, a
“un mundo donde nada es confiable y el Diablo hace su trabajo”. Las
crisálidas es una obra de construcción perfecta, con resabios de la filosofía
de Voltaire y de absoluta actualidad, en un momento en el que los
fundamentalismos religiosos se exacerban y las crecientes amenazas genéticas y
nucleares se ciernen sobre nosotros.
Reseña
John Wyndham Parkes Lucas Beynon Harris, fue un escritor británico que intentó
destacar en diversas profesiones (agricultor, tratante de arte o publicista, entre otras), pero no fue hasta finales de la década de los 30 cuando consiguió
cierto renombre a través de su relatos cortos, en su mayor parte del género
detectivesco y de ciencia ficción.
Formó parte del ejercito británico durante la segunda guerra mundial,
participando en el desembarco de Normandía.
Este hito lo marcó profundamente y las narraciones que escribió, siendo en su
mayor parte historias catastróficas y apocalípticas, y en la que
principalmente se muestran invasiones extraterrestres.
Es un gran desconocido para los lectores que no sean aficionados a la ciencia
ficción, e incluso entre ellos, puesto que utilizó diversos seudónimos basados
en sus diversos nombres: John Beynon Harris, John Beynon, Wyndham
Parkes, Lucas Parkes o Johnson Harris.
Sin embargo, si citamos algunas de sus obras llevadas al cine, nos sonaran más:
El día de los trífidos escrita en 1951 y llevada al cine en 1960 ;
Los Cuclillos de Midwich escrita 1957, más conocida por
El pueblo de los malditos película de 1960 (y otro remake más moderno)
y algunas otras, puesto que como es costumbre de la época si un autor tenia
éxito en su película, se exprimía.
Pero entremos en materia...
Este es un libro que destaca porque hay historias que te cambian más o menos,
te influyen o impactan, o sinceramente hacen que pienses más allá de tu
ombligo.
Escrito en 1955 este relato fue el tercero del autor y no pierde en su esencia
importancia, puesto que si hay algo en la historia es la frecuencia con que se
repiten los escenarios o las ideas.
La novela es hija de su época, la sociedad todavía no se había recuperado de
la catástrofe tanto humana como económica de la II Guerra mundial, (de
hecho los británicos lo pasaron peor después de la Guerra que durante ella, a
causa de los costes que supuso la reconstrucción), la guerra fría estaba en
plena expansión, y el miedo y temor a una guerra nuclear yacía en el
subconsciente colectivo, además todavía estaban los ideales totalitarios y de
la pureza de raza enquistados en la memoria colectiva.
En las crisálidas, la Tierra en un momento del futuro ha sufrido los
efectos de una hecatombe nuclear, pero no se entra en detalle sobre el porqué,
ni el cómo, ni el cuándo de tal suceso.
La población diezmada sobrevive diseminada con una tecnología precaria y sin
apenas comunicación entre los asentamientos, está sometida a un temor
constante a las mutaciones de cualquier tipo y la sociedad sobrevive con una
defensa a ultranza de lo que se puede considerar la pureza, no ya de la
especie sino también de las ideas, describiéndose durante la narración un
sometimiento de la gente a unos dictámenes genéticos e ideológicos totalmente
intransigentes y defendidos a modo de religión fanática.
El autor con una prosa que contiene constantemente un tono suave y una cadencia
emotiva, narra a través de la vida de su protagonista, David, desde su infancia ese temor a ser descubierto y el descubrimiento de que lo diferente no tiene por qué ser malo, que no se debe vivir
con la sensación de tener una espada de Damocles y que el fanatismo sea este
político, religioso, social, económico y/o racial no es el camino de la
perfección. Baste para ello una frase del protagonista:
“Me asombraba descubrir cuánta gente parecía poseer información positiva, si bien conflictiva, acerca de las opiniones de Dios.”
Las crisálidas es una novela que plantó la semilla sobre lo que se podría
denominar el género de literatura post-apocalíptica, por lo que su lectura
puede aburrir actualmente, ya que posee un argumento muy utilizado por los
autores y guionistas de ciencia ficción, pero hemos de pensar la fecha en la
que fue escrito, además es sin duda una narración lo suficientemente extensa
(apenas 200 pg.), para ser clasificada como novela y no un relato corto del
denominado genero pulp, tan en boga en los años 50.
El relato como he dicho posee una sencillez descriptiva tanto del entorno
como de la actuación de los protagonistas que enamora; un argumento muy bien
llevado e indudablemente es un canto a la libertad de expresión y la libertad
de pensamiento, respeto y tolerancia,.
Personalmente este autor me ha atrapado, es ciencia ficción sin tecnología ni fantasía. Prima indudablemente el pensamiento y la discusión sobre lo que es
importante en realidad, no es lo que poseemos material lo que define una
sociedad sino el como nos comportamos ante lo desconocido como grupo, sociedad
o cultura.
Tanto como si os gusta el género como si tenéis curiosidad por él, es un buen
libro para introducirse en autores que cultivaron la ciencia ficción.