A principios del siglo XIX, las hazañas del Rey Cuervo, el más grande de todos los magos de la Edad Media, perviven en la memoria y la leyenda, pero la práctica de la magia ha sido completamente olvidada en Inglaterra. Hasta el día en que el esquivo señor Norrell, de Hurtfew Abbey, logra que las piedras de la catedral de York hablen. La noticia del retorno de la magia se extiende como la pólvora y el señor Norrell, convencido de que debe poner sus artes al servicio del gobierno en la guerra contra Napoleón, se traslada a Londres. Allí conoce al joven Jonathan Strange, un brillante y voluntarioso mago, y tras superar algunos recelos, consiente en acogerlo como discípulo. En una época en la que sólo los charlatanes se hacían llamar magos, Norrell y Strange se proponen limpiar el buen nombre de su oficio, al que consideran una ciencia con mayúsculas. Bajo las órdenes de Wellington, realizarán decenas de actos mágicos, y su éxito es tal que muy pronto se los consultará sobre muchos otros problemas, desde la curación de la locura del rey Jorge III hasta la mejor venganza para amantes despechados. A su paso encontrarán amor y muerte, portentos y crueldades, y arrastrados por la ambición y la rivalidad, el camino de la gloria los acercará irremediablemente al abismo.
Reseña
Leído el libro tras la propuesta como lectura del mes por un blog amigo (gracias susurros de bibliotecas), he quedado gratamente contento. Es un libro que sí tiene merecido el reconocimiento de algunos periódicos y de la crítica general.
Me asuste un poco al ver el ‘volumen’, actualmente, no me gusta embarcarme en novelas de tantas páginas, pero sinceramente, aquí el tamaño no importa, lo interesante es el contenido, no es un libro pesado, su lectura es amena, entretenida y divertida.
Es un libro de fantasía, pero llevado de tal manera, con tal humor, que uno puede llegar a pensar que es una narración realista, que lo que cuenta fueron hechos ocurridos en la época en las que lo sitúan.
Toda la trama esta relatada por un narrador, que nos cuenta los sucesos que en su mayor parte se producen en una Inglaterra ambientada en la época napoleónica. Si bien ubican gran parte de la historia en Londres, lo que más describen es la campiña inglesa, y realmente nos trasladan a ella, aunque en una parte de la obra nos vemos en España, y al final nos cuentan la vida de los ‘veraneantes’ ingleses en una bucólica Venecia.
La novela está escrita con una maestría, indescriptible, contiene descripciones llenas de coloridas y divertidas asociaciones de adjetivos (vestidos de color tristeza), en un lenguaje sencillo, pero a la vez en desuso (claro eso de decir voy en cabriole, hoy en día no está muy al uso), que en ningún momento se hace cansado, los escenarios abarcan desde escenas bucólicas en el campo a los grandes salones de fiestas y reuniones de la aristocracia inglesa, descritas con un fino humor negro, irónico y caustico, atribuida fama del estirado carácter inglés.
Personajes de la obra, indudablemente dos principales, Norrell y el Sr. Strange (el cual se hace desear, por lo tarde que aparece), sin embargo, otros más secundarios, poseen más relevancia e incluso mayor hacer en la obra, sea dicho el caballero-duende, con pelo como el milano de cardo, y alguno más que no citaré.
Ningún personaje sobra ni falta, todos tienen su papel y su valor, su propia personalidad, carácter e idiosincrasia y aportan poco a poco y sin decaer el dinamismo que la autora busca, para la narración.
El libro está plagado de notas al pie, que por sí solas son en algunas ocasiones pequeñas narraciones, cuentos, o incisos en la trama que la autora utiliza, para desviar la atención del hilo conductor, nos hace dar un pequeño desvío, como si fuera una parador de descanso del trayecto, y de esa forma no aburrirnos. Es como tener historias dentro de la historia, ya que algunas de estas anotaciones, podrían ser consideradas, obras independientes, (yo creyendo que me encontraba una nota del traductor y me veía de repente sumergido en otro ‘libro’).
En general, solo puedo decir algo sobre este libro, me ha encantado, no es habitual encontrar algo así, fantasía, sin tener que inventarse ni una raza, ni un lenguaje, ni cosas sobrenaturales, basta acudir a las raíces de los cuentos, de brujas, duendes y magia ancestral atada a la naturaleza, que nos encontramos en la mayoría de las culturas.
Si yo fuera este libro, me gustaría ser un mago inglés, o si fuera posible, duende.
Me asuste un poco al ver el ‘volumen’, actualmente, no me gusta embarcarme en novelas de tantas páginas, pero sinceramente, aquí el tamaño no importa, lo interesante es el contenido, no es un libro pesado, su lectura es amena, entretenida y divertida.
Es un libro de fantasía, pero llevado de tal manera, con tal humor, que uno puede llegar a pensar que es una narración realista, que lo que cuenta fueron hechos ocurridos en la época en las que lo sitúan.
Toda la trama esta relatada por un narrador, que nos cuenta los sucesos que en su mayor parte se producen en una Inglaterra ambientada en la época napoleónica. Si bien ubican gran parte de la historia en Londres, lo que más describen es la campiña inglesa, y realmente nos trasladan a ella, aunque en una parte de la obra nos vemos en España, y al final nos cuentan la vida de los ‘veraneantes’ ingleses en una bucólica Venecia.
La novela está escrita con una maestría, indescriptible, contiene descripciones llenas de coloridas y divertidas asociaciones de adjetivos (vestidos de color tristeza), en un lenguaje sencillo, pero a la vez en desuso (claro eso de decir voy en cabriole, hoy en día no está muy al uso), que en ningún momento se hace cansado, los escenarios abarcan desde escenas bucólicas en el campo a los grandes salones de fiestas y reuniones de la aristocracia inglesa, descritas con un fino humor negro, irónico y caustico, atribuida fama del estirado carácter inglés.
Personajes de la obra, indudablemente dos principales, Norrell y el Sr. Strange (el cual se hace desear, por lo tarde que aparece), sin embargo, otros más secundarios, poseen más relevancia e incluso mayor hacer en la obra, sea dicho el caballero-duende, con pelo como el milano de cardo, y alguno más que no citaré.
Ningún personaje sobra ni falta, todos tienen su papel y su valor, su propia personalidad, carácter e idiosincrasia y aportan poco a poco y sin decaer el dinamismo que la autora busca, para la narración.
El libro está plagado de notas al pie, que por sí solas son en algunas ocasiones pequeñas narraciones, cuentos, o incisos en la trama que la autora utiliza, para desviar la atención del hilo conductor, nos hace dar un pequeño desvío, como si fuera una parador de descanso del trayecto, y de esa forma no aburrirnos. Es como tener historias dentro de la historia, ya que algunas de estas anotaciones, podrían ser consideradas, obras independientes, (yo creyendo que me encontraba una nota del traductor y me veía de repente sumergido en otro ‘libro’).
En general, solo puedo decir algo sobre este libro, me ha encantado, no es habitual encontrar algo así, fantasía, sin tener que inventarse ni una raza, ni un lenguaje, ni cosas sobrenaturales, basta acudir a las raíces de los cuentos, de brujas, duendes y magia ancestral atada a la naturaleza, que nos encontramos en la mayoría de las culturas.
Si yo fuera este libro, me gustaría ser un mago inglés, o si fuera posible, duende.
Hola ya veo que te ha encantado,me alegro mucho. Parece que esta vez he sido yo un poco la nota discordante. A mí hubo partes que se me hicieron un poco cuesta arriba, y me hubiera gustado conocer más de ese mundo. Gracias por la reseña, a ver el próximo que tal nos va.
ResponderEliminarAl final parece que la lectura te ha convencido :-) Coincidimos bastante en nuestra opinión, las notas a pie de página me encantaron, sobre todo las que hablaban del Rey Cuervo :-)
ResponderEliminarBesos