lunes, 28 de mayo de 2018

Muertes pequeñas de Emma Flint


Sinopsis
En Queens, en el mes julio de 1965, las calles arden a causa de una ola de calor. Ruth Malone, una joven madre del barrio, se levanta una mañana y descubre la puerta de la habitación de sus dos hijos pequeños abierta de par en par. Han desaparecido. No hay peor pesadilla para una madre, pero Ruth Malone no es como las otras. Siempre perfectamente maquillada, vestida de forma provocativa, la policía encuentra botellas vacías de alcohol por todo su apartamento… los detectives que siguen el caso hacen las suposiciones más obvias, ayudados por los cotillas y envidiosos del vecindario. Pete Wonicke, un periodista inexperto al cargo de cubrir su primer caso importante, no puede evitar llegar a esas mismas conclusiones. Sin embargo, cuanto más tiempo pasa con Ruth, más se da cuenta de que los policías no siempre son los buenos y de que las obsesiones personales de ciertos detectives pueden estar influyendo en la investigación. Ruth Malone es fascinante, un reto y un misterio, pero ¿sería capaz de matar a sus propios hijos? Basada en hechos reales, Muertes pequeñas nos cuenta una historia de amor, moralidad y obsesión, y analiza la capacidad que tiene todo ser humano para el bien y el mal.

Reseña
En pequeñas muertes he encontrado una extraña narración. No por su desarrollo ni por su trama, sino por sus personajes y el tratamiento que de ellos hace la autora.

La protagonista principal, Ruth Malone, es una mujer tal vez frívola, despreocupada, indolente con respecto al cuidado de sus hijos, sin embargo es la madre de los niños desaparecidos, dato que en ningún momento del relato, parece importante.
Es acosada, acusada y agobiada por los medios de comunicación, por su ligera moral y su licencioso comportamiento, sin embargo, a nadie le importa cómo era su comportamiento en relación con sus hijos.

La policía, actúa de una forma vaga; el inspector encargado del caso es una persona que busca rápido cerrar el caso y jubilarse, siendo objeto de su obsesión la protagonista, por lo ya dicho, su comportamiento no es el que se consideraría adecuado para la época.

El periodista, Peter Wonicke, intenta a toda costa encauzar su carrera, lanzarse de alguna manera al estrellato dentro de la jerarquía periodística, pero sucumbe a su vez al raro encanto de la protagonista, tal vez deslumbrado por su belleza y su magnetismo.

El padre es alguien amargado por la separación y el inminente divorcio, que sin embargo es completamente indiferente a los sucesos que le rodean, y que hace culpable a su ex-mujer, cuando el mismo tiene parte de culpa del comportamiento de ella.

El resto de personajes son meros comparsas, no son mas que actores puestos por la escritora para realzar y acentuar el comportamiento "defectuoso" de la madre.

En esta narración, existe una constante, y es que todo gira alrededor de la protagonista. La escritora, de una manera casi obsesiva la persigue, la destruye como personaje, dando todo el rato una descripción triste y deprimente: La dibuja como alguien egoísta totalmente despreocupada, y que tan solo quiere aparentar ser fuerte e inteligente, y a medida que leemos, nos vemos inducidos a la fuerza en ver todo lo contrario.

La novela no tiene un hilo conductor muy coherente, al inicio es algo difícil enganchar con ella, ya que se dan muchos rodeos, y se intenta, insistiendo una y otra vez en lo mismo: lo mala persona que es la madre, no existe ninguna posibilidad de redención, es culpable sí o sí.
La obra está escrita muy al estilo de los años 60, de una manera periodística, imitando el estilo de Truman Capote, pero no consigue más que un conjunto de altibajos en la trama, que en ocasiones se hacen muy pesados.

El final de esta novela es algo precipitado, nos muestra como por mucho que quisiera la protagonista ser dura ante la adversidad y el hecho de la muerte de sus hijos, acaba siendo alguien totalmente derrumbado, sin futuro e incapaz de superar el dolor que siente por dentro.

Pero no todo son defectos, la ambientación de las escenas sí se consigue, nos infiltramos en estados unidos, en los años 60, con cierta facilidad.

Y vuelvo a hacer hincapié en el final, no es el que esperas, y espero que os animéis a averiguarlo por vosotros mismos.

Si yo fuera este libro no querría padecer el acoso que sufre la protagonista.

lunes, 21 de mayo de 2018

El asesinato de mi tía de Richard Hull


Sinopsis
Edward Powel era un joven de gustos exquisitos y mente elevada. Pero su absurda tía no le comprendía. 
No sólo le obligaba a quedarse en el poblacho galés donde ambos habían vivido siempre, con la amenaza de cortarle el suministro de dinero, si emprendía el vuelo hacia regiones dignas de su persona, sino que le consideraba holgazán, bajo, gordo y tonto. La solución, por tanto, no podía ser más obvia: 
si liquidaba a su incómoda e impertinente tía, heredaría el dinero y habrían terminado sus humillaciones.

Reseña
A través de otros blogs llego a mi lista de lecturas este libro.

El autor, utiliza a Edward, el protagonista, para contarnos esta historia, un relato en primera persona en su mayor parte y que nos tiene engañados...

La narración tiene la apariencia de un diario, donde se describe el cómo ve Edward el entorno que le rodea; sin embargo, en vez de contarnos el paisaje y sus relaciones, más bien agrias con su tía y los habitantes del pueblo, vemos como se perfila su carácter, una personalidad llena de defectos, que considera a todos los demás como inferiores a él.
El único inconveniente, es que lo magnifica todo; lo que le sucede, piensa y/o actúa, y al final solo consigue provocar una sonrisa, e incluso en ocasiones una carcajada, porque cada cosa que lleva a cabo, le pone más en ridículo y resulta más inverosímil.

Todos los intentos del protagonista se vuelven contra él.
Su interés, su narcisismo y su egoísmo, contrastan con el carácter de las personas que le rodean, esa gente sencilla que posee un temperamento normal y un carácter apacible.

En un momento dado, la narración toma un giro inesperado, y es la tía quien tiene que tomar el relevo y convertise en narrador; tal vez sea ese punto de inflexión el que realza el final insólito de la narracion, y desmuestra que Edward es un personaje ridículo, infantil y fantasioso, con falta de energía, y obsesionado en un objetivo que no sabe alcanzar.

Este libro es una comedia negra escrita en 1934, pero no tiene ninguna referencia a un tiempo específico, con lo cual no resulta ni anticuado ni pasado de moda, me recordó en su humor negro a la película protagonizada por Cary Grant, 'Arsenico por compasión' y otras similares.

Os recomiendo este libro de fácil lectura y muy ameno, algunas situaciones son realmente hilarantes, y los pensamientos de Edward, contados todos desde su punto de vista, contrasta con las versiones relatadas al final por su tía, que os guarda una sorprendente revelación al final.

Si yo fuera este libro, me gustaría ser el diario del protagonista, para reirme cada día con sus pensamientos incoherentes y divertidos.

lunes, 7 de mayo de 2018

Agatha Raisin 01. Agatha Raisin y la quiche letal de M. C. Beaton

Sinopsis
A sus cincuenta y tres años, Agatha Raisin quiere empezar de cero: ha decidido cerrar su empresa de relaciones públicas y cambiar su piso de Londres por una casita de ensueño en Carsely, un pueblo en el corazón de la Inglaterra rural. El problema es que empezar de cero no es tan fácil: Agatha se siente sola, echa de menos su vida social londinense y, por si fuera poco, percibe que sus nuevos vecinos la tratan con una frialdad que para una mujer acostumbrada a salirse con la suya puede resultar ofensiva.
Dispuesta a hacer lo que sea por ganarse la simpatía del vecindario, Agatha decide participar en un concurso de quiches. Para asegurarse el triunfo, compra una quiche en una tienda de comida preparada de la City. ¿Qué es entonces lo peor que puede pasarle, además de no ganar un concurso dotado con un premio de diez míseras libras? Que uno de los miembros del jurado muera envenenado… Señalada por medio pueblo como principal sospechosa, Agatha Raisin iniciará las pesquisas por su cuenta y riesgo.
Reseña
Agatha Raistin es un personaje muy curioso, y en él apreciaremos una lenta evolución, que va desde su inicio como fría, dura y distante empresaria, a la dulce imagen de una dama de la aristocracia rural, ya más que descrita en muchas novelas y películas, y que se encuentra llena a rebosar de obras benéficas, rastrillos y concursos de tartas y pasteles.

La narrativa de este libro es sencilla, y me recuerda a esas novelas donde lo importante no es hacer un gran despliegue de conocimientos descriptivos y menos aún complejas técnicas literarias para atrapar a los lectores.
La autora mediante un argumento sencillo y unos capítulos breves, nos mantiene pendiente de la devolución de la protagonista, que si bien nos puede recordar a la entrometida Miss Marple de Agatha Christie, posee su propio carisma y método deductivo, además de un sentido del humor especial que la llevará a convertirse en alguien entrañable.
Por otro lado, poco a poco nos sumerge en un argumento que nos atrapa y no se hace en ningún momento pesado, más bien todo lo contrario, encontrándonos en ocasiones situaciones realmente hilarantes.

Cada uno de los personajes están descritos al detalle, y el entorno aparece descrito de tal manera, que se convierte en una obra atemporal, tal vez lo importante en este caso no es el dónde, cómo y quién comete el crimen, sino el deseo de la autora por narrar un 'suceso' detectivesco, con un cierto humor reflejado en la exageración estereotipada de cada uno de los participes de la trama: desde los borrachines del pub inglés, a las estiradas 'señoritas' de la asociación del pueblo, ¡cómo no! aliadas con el pastor de la iglesia, y los policías torpes o pueblerinos.

Es una novela policíaca sencilla sin pretensiones de tener una compleja trama de personajes conflictivos, angustiados y obsesionados, y por ello tal vez se convierte en una obra policíaca con un especial encanto: sencilla, fácil de leer, y preparada para entretener.

Si yo fuera este libro me iría al a campiña inglesa con la Señorita Raisin, a ver como se va convirtiendo de Cruela de Vil en la Señora Fletcher, o más bien en la abuelita cuidadora de Piolín.