- Esta novela no está considerada por su autor como la mejor de Sherlock Holmes, al contrario de lo que opina la crítica.
- Fue escrita después de 'El problema final', por lo que se tuvo que asegurar que no figurara ninguna fecha orientativa de cuando suceden estos hechos, dando por tanto la sensación que todo ocurre antes de la muerte de Holmes.
- El protagonista-investigador-narrador indiscutible es Watson, o eso es lo que nos intenta hacer creer desde el principio el autor.
- Tiene tintes sobrenaturales y lo ambienta en unos escenarios más tenebrosos, ya que casi toda la acción se realiza de noche o en la penumbra.
- Utiliza un estilo epistolar entre los investigadores, lo que no es nada frecuente en el canon holmesiano.
jueves, 27 de agosto de 2020
El perro de los Baskerville de Arthur Conan Doyle
miércoles, 19 de agosto de 2020
Juicio a Satán de Ray Russell
[...] el miedo, la sangre, el asombro, el sentido de lo primordial y cierto componente de terror —elementos sin los cuales no es posible ni el verdadero amor ni el verdadero arte ni la verdadera fe— han sido lenta y sistemáticamente expurgados de la experiencia religiosa...
Si yo fuera este libro y estuviera poseído, querría que fuera el padre Gregory y su Monseñor, quienes me exorcizaran.
jueves, 13 de agosto de 2020
El caso Lerouge de Émile Gaboriau
Por el momento e incluso antes de comenzar, ya me surgió una duda.
La verdad es que siempre he pensado que La piedra Lunar (1868) de Wilkie Collins o El caso Lerouge (1866) de Émile Gaboriau se disputaban este privilegio, aunque actualmente se considera El misterio de Notting Hill (1862) de Charles Warren Adams como la que tiene esa consideración, aunque tuvo menos éxito que las anteriores.
Al final, tras recabar tanta información, me decanté por leer a Émile Gaboriau, periodista y escritor francés, creador de Monsieur Lecoq, un policía lleno de recursos para el que se basó en una figura histórica de gran calado en la época, nada más ni nada menos que Vidocq, el ladrón, espía y policía entre otras muchas facetas, más famoso de París. Gaboriau es un autor muy poco conocido fuera de su país de origen, en el que desde luego lo consideran como el primer escritor de novela policiaca.
Esta novela está narrada al estilo de la época, es decir a modo de folletín, aunque he tenido la suerte de leer una versión en la que la editorial ha tenido el placer de realizar una homogenización en la trama, eliminando algunos párrafos superfluos.
Hay que tener en cuenta que las novelas por partes, incluían bastantes párrafos a modo de recordatorio, para ayudar al lector recordando que había sucedido anteriormente.
'El ayudante de Gévrol era, por aquel tiempo, un antiguo convicto reconciliado con las leyes, hábil en su oficio. Fino como el ámbar y celoso de su jefe, a quien consideraba mediocre. Se llamaba Lecoq'
Creo que la muestra que he elegido es suficiente para demostrar que el bien hacer de un escritor de folletines consistía en escribir mucho, pero sin que el lector se cansase ni se aburriese, porque otra de las características de este género era la de mantener al lector enganchado, por lo que los giros, los misterios, y sobre todo el drama, se debían producir en cada uno de los capítulos de la novela.
Entrando de nuevo en materia, si bien la novela por su forma narrativa, con un cronista omnisciente, y por su prosa arcaica (algunas de las frases son realmente rimbombantes), puede parecernos aburrida, yo diría que es todo lo contrario. Logra mantenernos sentados, o tumbados según donde leamos, y enganchados como si estuviéramos viendo la telenovela de turno, necesitamos ir avanzando por cada uno de los dieciocho capítulos.
Todos los personajes están cuidadosamente descritos y realizan su labor a la perfección, no así los escenarios que pasan a un segundo plano, porque lo importante son las pasiones más intensas, las que nos atrapan: engaños, amores, celos, envidias y sobre todo, el orgullo y el honor de los caballeros, y en ello el escritor es un maestro.
Este es un libro en el que hay que hacer un pequeño esfuerzo para poder imaginarnos la Francia de finales del s. XIX, con sus carruajes y sus caballeros engalanados de bastón y chistera, con sus damas con miriñaque y 'carabina', sin embargo, la novela en sí no defrauda y consigue su objetivo: hacer que el lector intente averiguar por su cuenta cuál será el nuevo giro.
Para terminar os dejo una pequeña pista sobre el protagonista en la frase final de esta reseña...
Si yo fuera este libro buscaría sin descanso donde aparece Monsieur Lecoq.
miércoles, 5 de agosto de 2020
La sangre manda de Stephen King
- El teléfono del señor Harrigan
- La vida de Chuck
- La sangre manda
- La rata